STORIA E MEMORIA

LOS CRISTIANOS DE S. TOMAS EN INDIA
DESDE LAS ORÍGENES HASTA EL SIGLO XVI

Javier López Andoño, scj

Facendo seguito all'articolo "S. Francesco Saverio a Cochin", pubblicato in Dehoniana 1996/3, con questo nuovo articolo l'Autore descrive la sorpresa dei Portoghesi quando incontrarono Indiani che si dichiaravano "cristiani di S. Tommaso" ed espone molto in breve le vicende del cristianesimo in India dal Medio Evo fino al sinodo di Diamper del 1599.

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En el siglo XVI el Portugal, con el empuje de sus navegantes, fue sembrando toda la costa de la India de colonias protuguesas, que se mantenían en la periferia sin penetrar apenas en el interior.

Al igual que los españoles, los portugueses llevaban siempre consigo clérigos. Así Vasco de Gama en1498, Cabral en 1500, Alburquerque en 1503 van acompañandos de operarios evangélicos. Llegan también franciscanos, más tarde dominicos. "Sin embargo, su actividad se limitaba al trabajo con los portugueses" (Llorca).

Encuentro inesperado

Los Clérigos, así como el total de los portugueses, creían que habían llegado a unas tierras donde todos sus habitantes eran infieles, desconocedores de la religión cristiana. Fueron descubriendo, poco a poco y con gran sorpresa, y venciendo las dificultades de la lengua, la existencia de cristianos, que se decían descendientes de los que había convertido el Apóstol Santo Tomás; de ahí que se autodenominaran cristianos de Santo Tomás. Se encontraron así con una comunidad cristiana que decía remontarse al tiempo de los Apóstoles. No se preocuparon mucho de saber si estos cristianos pertenecían a la Iglesia Católica y estaban unidos a Roma. Al cuidado de dichos cristianos había una Jerarquía compuesta por un Metropolitano y tres obispos, que había llegado unos años antes, procedentes de Mesopotamia. Tenían a su cargo alrededor de 30.000 familias dispersas en 20 poblaciones al sur de la India, en el interior, en la cadena de montañas de los Ghats occidentales que habitualmente llamaban la Sierra.

A Cochin acudían los cristianos de Santo Tomás, traían en botes su preciosa mercancía de pimienta y otras especias, a través de un laberinto de lagunas y ríos del interior. Vestían traje indio, rezaban en sirio como lengua litúrgica y eran descendientes de los cristianos que había bautizado Santo Tomás y de los comerciantes sirios que habían llegado después y se habían casado con mujeres indias.

Actualmente

Creo que hoy, en general y entre nosotros, tanto más si el estudio de la Historia Eclesiástica está ya lejano, nos llevamos una sorpresa semejante a la de los descrubridores portugueses, cuando a raíz de la misión que nuestra Congregación ha abierto en la India y, más aún, si hemos contactado con algunos de nuestros religiosos que ya han estado en aquel país, nos enteramos de que los cristianos de Santo Tomás tienen un gran importancia dentro de la Iglesia Católica allí establecida y más concretamente en el Estado de Kerala donde se ha abierto nuestro misión, y sentimos como algo necesario el conocimiento de sus características proprias y las relaciones mutuas entre católicos de ritos distintos.

La Conferencia episcopal católica de la India está compuesta actualmente por 108 obispos de rito latino, 25 de rito siro-malabar y 5 de rito siro-malankar. Son máas de 140 los obispos y 3 los cardenales, todos, menos 7, nacidos en la India. Los fieles católicos suman 14 millones; de ellos, tres millones y medio son de rito siro-malabar, trescientos veinte mil de rito siro-malankar y diez millones ciento ochenta mil de rito latino; los católicos suponen el 2,43% de los habitantes de la India, 82,64/ suman los hindúes, 11,36% los musulmanes, 1,96% los siks y el resto está formado por budistas, jains y otros.

Y es de resaltar que, por vez primera en la historia, el presidente de la Conferencia de los obispos católicos es un obispo de rito siro-malabar, Mons. José Powathil, arzobispo de Changgannacheri, en Kerala, y el cardenal Antonio Padiyasa es el arzobispo mayor de la Iglesia siro-malabar.

Realmente, ¿estuvo Santo Tomás en la India?

Tanto la sorpresa de los primeros clérigos portugueses como la nuestra nos lleva a subir, a buscar, a investigar en las fuentes. ¿Evangelizó Santo Tomás las regiones meridionales del subcontinente índico? Existe desde muy antiguo en la región malabárica una cristianidad debida a la evangelización de los tiempos primitivos, que algunos autores hacen remontar hasta Santo Tomás. Ya en los primeros años del cristianismo, y ciertamente antes de finales del siglo II parece que los cristianos de la India tenía relaciones con la Iglesia de Edessa, como puede colegirse por el hallazgo, en esta misma ciudad, de la obra titulada: "Acta Judae-Thomae" y de un Evangeliio arameo o siríaco encontrado en tierra india por San Panteno. Hacia el año 450 la cristinidad de la India quedaba unida a la Iglesia de Persia-Mesopotamia.

Pero de todo este período, hasta el siglo V, faltan documentos que permitan seguir su desarrollo. ¿Qué decir de esta antiquísima tradición? Los autores, tanto indios como extranjeros, no están de acuerdo, sus obras se publican en inglés, son más las obras a favor, pero no faltan con sentencia negativa.

A partir del siglo V hay ya documentación que habla de las relaciones de los cristianos de Santo Tomás con la Iglesia de Babilonia, lo que hace suponer que la Iglesia cristiana del Malabar había abrazado la fe nestoriana y que fueron misioneros nestorianos los que introdujeron allí el cristianismo, como en otras regiones de Asia, infiltrado de la herejía nestoriana.

Nestorianismo

Nestorio, Patriarca de Constantinopla, dio origen a la herejía que lleva su nombre, al ver dificultades para admitir que en Cristo exista la naturaleza humana y la naturaleza divina en la persona divina, como había sido definido en Nicea.

El nestorianismo desapareció casi totalmente, pero por influencia de ciertos teólogos, los cristianos de Persia comenzaron a recibir influencias de doctrina nestoriana o cuasinestoriana, de tal modo que a fines del siglo V la Iglesia di Persia profesaba el nestorianismo.

Respecto a la Iglesia nestoriana Roma no ha pronunciado nunca excomunión.

La Iglesia asiática

Esta Iglesia podría haberse llamado "la Iglesia asiática", en el sentido moderno de la palabra. Fue una Iglesia misionera lanzada a buscar patria en el macizo montañoso del Asia Central. Ya en siglo V los cristianos de Mesopotamia, perseguidos y maltratados, fueron desplazados hacia las regiones orientales. Cuando en el siglo VII subió la marea avasalladora de los árabes, los persas de raza eran los atribulados. La muy oriental China recibió ya mensajeros cristianos de la Iglesia de Persia en la primera mitad del siglo VII, según testimonia el monolito de Singan-Fu, erigido el año 781, que describe la evangelización del país. Ya a fines del siglo VIII y principios del IX todo el Asia Central se veía cristiana por obra de los monjes y comerciantes nestorianos, que lograban la conversión de pueblos y tribus, con sus reyezuelos a la cabeza, bajo la dirección y pontificado del célebre Católicos Timoteo I.

Pero la máxima expansión llegó hacia los años 1283-1317. El Católicos Jahballaha, de estirpe mongólica y en buenas relaciones con la cristianidad occidental consagra a 75 obispos y reanuda las misiones de China. Fue cuando la Iglesia llegó a tener 50 millones de fieles organizados en 30 provincias eclesiásticas. Juan Pablo II en su discurso de 6.1.96 a los obispos del Sínodo siro-malabar decía: "La tradición siria oriental se ha distinguido por la tutela de la fe cristiana... así como por el ardor misionero que llevó la Buena Noticia de la salvación de Jesucristo a toda vuestra India e incluso a la lejana China". Mas la desintegración entró en esta Iglesia de forma fulminante. Muerto Jahballaha apenas nos quedan noticias sobre el cristianismo nestoriano de los siglos XIV y XV. Los torbellinos políticos, sobre todo en tiempo de Tamerlán, arruinaron casi "la Iglesia asiática". En el siglo XVI había que mirar al sur de la India (Malabar) para encontrar grupos de consideración (cf. G. de Vries, Oriente cristiano). ¿Es éste el origne del cristianismo en la región meridional de la India?

Baja Edad Media

Posteriormente, a lo largo de la baja Edad Media los cristianos de Santo Tomás recibieron la visita de Juan de Montecorvino en su ida a China, de dominicos que dirigieron una diócesis en Quilón, de franciscanos como Nicolás de Contí que visitaría la India en varias ocasiones, de 1415 a 1438.

Y periódicamente venían obispos de Siria o de Persia para atender a los cristianos de Santo Tomás. Sus últimos contactos con los nestorianos de Babilonia parecen ser de la segunda mitad del siglo XV, cuando les fueron enviados tres obispos y un metropolitano; uno de los obispos llegó a hablar con San Francisco Javier. Después, como veremos, se corta el tráfico y las comunicaciones entre la India y el Próximo Oriente.

Los portugueses en las Indias Orientales

La era de los descubrimientos o el encuentro entre Oriente y Occidente lleva consigo una situación delicada, la convivencia entre cristianos que tienen jerarquía y liturgia distintas, lenguas diferentes, y que mutuamente se desconocen.

La historia va a tener a lo largo de estos últimos años una serie de vaivenes, de acercamiento y de distanciamiento, de cisma y de unión. Juan Pablo II en su discurso a los obispos del Sínodo de la Iglesia siro-malabar afirmaba: "Cuando otros cristianos de Occidente llegaron a vuestra tierras, les disteis generosa hospitalidad. Para vosotros, ellos representaban una nueva apertura a la universalidad de la Iglesia. Sin embargo, al mismo tiempo, una falta de comprensión de vuestro patrimonio cultural y religioso causó mucho dolor e infligió una herida que sólo ha cicatrizado parcialmente y que hoy sigue necesitando un alto grado de santidad y sabiduría por parte de los pastores de la Iglesia, responsables de la edificación de la paz y de la fraternidad entre todos los seguidores de Cristo".

De los tres obispos, por ellos llamados Abunas, que habían llegado en la segunda mitad del siglo XV al Malabar, Mar Jacob se hizo cargo de los cristianos de la región de Cranganor. Aquí terminó una copia del salterio siríaco y después otra del Nuevo Testamento. Desde Cranganor había visitado a sus cristianos diseminados por el interior del país. Mar Jacob, de carácter apacible, había considerado siempre como hermanos en la fe a los portugueses, a pesar de la diversidad de su rito latino y se había mostrado agradecido por su protección contra la persecución de moros y gentiles. Con gusto recibía el humilde varón instrucciones de sus amigos latinos, los dominicos y franciscanos, y suprimió muchos abusos entre sus cristianos (Schurhammer). En carta al rey Juan III de Portugal, a la que haremos referencia, San Francisco Javier afirmaba que "Mar Jcob tiene llevado mucho trabajo con los cristianos de Santo Tomás y es muy obediente a las costumbres de la santa madre Iglesia de Roma". El obispo con los suyos se había unido a la Iglesia católica.

Los cristianos de Santo Tomás, para huir de las vejaciones de los musulmanes, recurren a Vasco de Gama en 1503 pidiendo ponerse bajo su protección. No alcanzaban a entender que esto iba a repercutir en la marcha de su Iglesia. Los portugueses que querían poseer el control de las comunicaciones con Oriente cortaron la navegación entre la India y Egipto y el resto del Golfo Pérsico. Con lo cual cortaban también la relación de los cristianos malabares con sus metrópolis de Siria. Y así no se dice nada de la llegada de Obispos o Abunas en la primera mitad del siglo XVI.

Divergencias

Schurhammer ha reunido muchos textos que muestran con qué falta de tacto y con qué preponderancia los clérigos portugueses pretendían imponer a los cristianos de Santo Tomás su liturgia, su lengua, su jerarquía. Partían de principios jurídicos y estaban muy lejos de pensar con sentido ecuménico. Tenían que pasar muchos siglos aún. Si los conquistadores portugueses podían imponer sus leyes a un país monopolizado, los eclesiásticos se basaban en la Bula de Calixto III por la que creaba el Patronato, y al Gran Prior de la Milicia de Cristo le concedía jurisdicción en Africa y en las regiones meridionales de Asia. De ahí que sobre los cristianos de Santo Tomás se disputaban su jurisdicción el patriarca nestoriano y el arzobispo de Goa. El patriarca trataba de proveer las sedes episcopales con sujetos de su obediencia, mientras los franciscanos portugueses querían obtener un obispo latino para Angamale. Se llegó a escandolosos manejos políticos que hicieron caótica la situación.

Podemos encontrar una queja que describe la situación: "Al inspeccionar los documentos y trabajos de los siglos XVI y XVII se soprende uno enormemente de ver hasta qué punto los cristianos de Santo Tomás fueron víctimas de conflictos entre franciscanos y jesuitas, entre jesuitas y carmelitas, entre la diócesis de Cochín y la de Angamale, entre la jurisdicción del Patronato y la Congregación de Propaganda Fide". Y hacia finales del siglo XVI los cristianos siro-malabares habían emigrado de Cranganor a otras poblaciones. Raíz de la razón: "Porque lo mismo los religiosos de San Francisco como otros clérigos del rito latino, que ellos habían educado, procedían de tal modo contra los armenios (sirios), que ningún Obispo o Kassanar (sacerdote) podía celebrar Misa sino en lugares fuera de Cranganor y eso en secreto, pues se les prohibía decirla con pan fermentado según el uso de los griegos; y no permitían celebrar a los Kassanares casados, y forzaron a los cristianos a comenzar los ayunos de cuaresma sólo el miércoles de ceniza y a comer pescado en ella, pues ellos no lo comen en cuaresma... y porque estos clérigos prohibieron obstinadamente algunas cosas que no eran de significación alguna para la salvación de las almas, y quisieron cambiar sus costumbres, por las muchas molestias que experimentaron de algunos, aún religiosos que no entendían absolutamente nada de lo que no era el rito latino, y todo lo demás lo tenían enseguida por herejía o superstición y les forzaron a comer pescado en cuaresma y a beber vino, contra su propio rito, aunque su ayuno correspondía a los sagrados cánones y a los ayunos de la Iglesia primitiva".

San Francisco Javier y los cristianos de Santo Tomás

En cambio es de admirar la conducta seguida por San Francisco Javier con los cristianos de Santo Tomás. Su primer contacto con ellos tiene lugar ya en la isla de Socotora, antes de llegar a Goa. Escribe a sus compañeros de Roma (Doc. 15): "Fuimos a dar a una isla grande la cual se llama Socotora. La gente de esta ínsula son cristianos, al parecer de ellos, y por tales se tienen. Se precian mucho de ser cristianos en los nombres. Hónranse mucho de decir que son cristianos. Cada lugar tiene su caciz; éste es como clérigo entre nos. Esos cacizes saben muchas oraciones de coro, no entienden las oraciones que rezan por no ser en su lengua, creo que son en caldeo. Dicen ellos que son de los cristianos que hizo Santo Tomás en estas parte. En la oración que rezan dicen algunas veces alleluya, alleluya; casi así pronuncian la aleluya como nosotros. No quiso el Gobernador que me quedase en aquella ínsula por no me dejar en peligro de que me llevasen preso los turcos".

Ya en la India llama la atención que en su carta apenas se refiere a los cristianos siro-malabares a pesar de que estaba cerca de ellos. Pero es que en la Pesquería como en el Malabar, Javier se había dedicado a los pescadores pobres que residían en la estrecha franja marina, mientras que los cristianos de Santo Tomás, mercaderes de pimienta, vivían en el interior; aparte de las diferencias sociales por razón de castas. Con todo era inevitable el encuentro de unos y otros, a lo largo de la Costa y en las peregrinaciones al sepulcro del Apóstol. Pero no hace referencias Javier a la diferencia de liturgia, jerarquía o lengua. No era su misión; a su cargo corría la conversión de los infieles.

Pero hay un detalle muy significativo. En la carta a sus compañeros de Roma, en la que detalla su forma de catequizar en la Pesquería escribe: "Decimos todos juntos, Santa María, Madre de Jesucristo, alcanzadnos gracia de vuestro Hijo Jesucristo". Se intuye su preocupacón por no decir Madre de Dios que pudiera ofender los oídos de los nestorianos o de los exnestorianos recientemente convertidos.

Javier, desde que llegó a la India, se percató de la gran devoción a Santo Tomás y había incluido su nombre en el rezo del Confiteor. "Hay un lugar, escribe, donde dicen los gentiles de la tierra que está el cuerpo de Santo Tomé. Hay una iglesia muy devota y todos tienen que está allí el cuerpo del glorioso Apóstol". Javier acudía allí y se retiraba a rezar por la noche. Y de Santo Tomé partió para la misión de Malaca.

Más datos. "A cinco leguas de estas ciudad de Cochín hay un colegio muy gracioso que hizo un Padre de la orden de San Francisco, llamado fray Vicente. Hay cien escolares naturales de la tierra que están en una fortaleza del rey (Cranganor). Fray Vicente me rogó que pidiese un sacerdote de la Compañía para que leyese la gramática y predicase a los del pueblo de aquella fortaleza. En los alrededores hay muchos cristianos del tiempo de Santo Tomás, en más de 60 lugares y los escolares de aquel Colegio son hijos de los primeros cristianos" (Doc. 71).

Y ahora llega lo más llamativo. Javier, que apenas ha tenido trato con los cristianos de Santo Tomás, al regreso de Malaca y de las islas Molucas, escribe al rey Juan III se interesa profundamente a favor de Mar Jacobo. "Un obispo de Armenia, por nombre Jacobo Abuna, ha cuarenta y cinco años que sirve a Dios y a V.A. en estas partes, hombre viejo, virtuoso y santo; y juntamente desfavorecido de V.A. y casi de todos los de la India. Acá solamente es favorecido de los Padres de San Francisco y si no fuera por ellos ya el bueno y santo viejo estaría descansado con Dios". Se trasluce una soledad y un abandono del obispo de los cristianos de Santo Tomás. Y es ahora cuando interviene San Francisco Javier. Su diplomacia es muy personal. Escribe así al rey: "Débele V.A. escribir encomendándole mucho que tenga cargo que le encomiende a Dios, pues más necesidad tiene V.A. de ser favorecido del obispo con oraciones, que el obispo tiene necesidad del favor temporal de V.A.".

Brillaron más en San Francisco Javier el amor y la caridad que la jurisprudencia eclesiástica.