CARACTERÍSTICAS IDENTIFICADORAS DE LOS COLEGIOS
FUNDADOS POR LA CONGREGACIÓN DE LOS SACERDOTES
DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS EN CHILE.


Artículo basado en una introducción pronunciada en una jornada de trabajo entre rectores, pastores y educadores de los colegios en Chile el 3 de marzo de 1989

Este artículo pretende indicar algunas características con que se distinguen y se identifican los colegios que fueron fundados por la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús.

Estas características son comunes a los tres colegios, como un tronco vertebral, que fluyen del carisma de la Congregación. Esto no impide que cada colegio las viva de una manera propia, ni que posea otras características propias.

  1. ASPECTOS FUNDAMENTALES DEL CARISMA DE LA CONGREGACIÓN, QUE ÉSTA RECIBIÓ DE SU FUNDADOR, EL PADRE LEON DEHON.
  2. El padre Dehon transmitió a los religiosos de su Congregación su experiencia de fe, centrada en el Corazón de Jesús.

  3. Enseña a descubrir en Jesús su amor sin límites por los hombres, como fuente de salvación; urge a responder a ese amor, muchas veces rechazado, con un amor fiel a toda prueba; y compromete a imitar ese mismo amor de Jesús hacia los hombres.

  4. Observando en Jesús su actitud de amor filial hacia Dios Padre, que lo inspiró al abandono a la voluntad de Dios, el p. Dehon formula el lema de la Congregación: "Ecce venio" o "Heme aquí". Este lema expresa el deseo de buscar en todo la voluntad de Dios y de dejarse llevar por lo que Él quiere, porque confía en sus designios amorosos.
  5. El primer signo de la vida cristiana es la fraternidad entre los discípulos de Jesús. El p. Dehon exhorta a los miembros de su Congregación a vivir lo que Jesús pidió en la oración sacerdotal: "Sint Unum" o "que sean uno". La vida comunitaria, basada en el diálogo, el respeto mutuo, el amor fraterno, la solidaridad y la corresponsabilidad es parte fundamental del carisma de la Congregación.
  6. El seguimiento de Jesús lleva al apostolado. Pese a que la Congregación no fue fundada con un fin apostólico determinado, de hecho se perfilan en el fundador y en la Congregación ciertas preferencias, donde es posible ser profeta del amor y servidores de la reconciliación de los hombres y del mundo, en Cristo.
    1. La primera preocupación del p. Dehon y gran parte de su actividad apostólica se desarrollan en el campo social, tanto y más problemático en la Francia del siglo 19 que actualmente en Chile. El fundador es un hombre visionario, preocupado por formar agentes de cambio, imbuidos en el Espíritu de Cristo.

    2. Busca a estos agentes tanto en el campo empresarial como en el campo obrero. Es una forma de reparar la sociedad y de instaurar el Reino de la justicia y de la caridad. Actualmente hablaríamos de construir la civilización del amor.

    3. La segunda preocupación del p. Dehon es la educativa. De hecho, la fundación de la Congregación está unida el colegio "Institution Saint Jean" en Saint Quintin. El fundador, durante 16 años fue su rector. Es admirable cómo el p. Dehon, tan conocido y activo en el ámbito social, se convierte en un educador de la juventud. Uno de sus objetivos es encontrar en la formación de la juventud la solución del mal social: formar líderes de la sociedad, imbuidos de la justicia y la caridad. Podríamos decir que su meta es evangelizar la cultura.
    4. Las misiones son la tercera preocupación del padre fundador. Envía a sus religiosos a los diferentes continentes del mundo, tanto a lugares donde aún debe iniciarse la evangelización como a otros donde hace falta profundizar y continuar la evangelización ya iniciada. Arriesga, en más de una oportunidad, su pequeña Congregación con su afán misionero. Con preferencia acepta las misiones en regiones difíciles, "a las que nadie quiere ir".
  7. CARACTERÍSTICAS QUE EL CARISMA DE LA CONGREGACIÓN HA FORJADO EN LOS COLEGIOS DEHONIANOS EN CHILE.
  8. Nuestros colegios quieren ser auténticas comunidades.
    1. En su Organización: en estos momentos los tres colegios son corporaciones, forma no muy común en Chile. De esta manera, todos los miembros son corresponsables por el bien común del colegio y participan activamente en sus decisiones, tanto los padres, los educadores, los alumnos, como la Congregación.
    2. En su vida cotidiana: La labor educacional se hace en equipo, conforme al proyecto educativo y dirigido por aquél que ejerce el servicio de la autoridad.
    La solidaridad se expresa especialmente en los momentos de dolor y de alegría, cuando todos tienen un mismo sentir, un solo corazón y una sola alma.

    2.1.3. En su proyección social: nuestros colegios quieren ser prototipos de una sociedad justa y caritativa. Conscientemente queremos vivir la civilización del amor.

    Esta experiencia de haber vivido en una comunidad educativa será una semilla en el corazón del joven, para que dé fruto en la sociedad de hoy y del futuro.

  9. Nuestra educación quiere fundamentarse en el amor. El corazón de Cristo es la encarnación del amor de Dios; nuestros colegios son la encarnación del Corazón de Jesús en la historia y en el mundo.
    1. Nuestra educación se dirige a las personas, quiere formar estas personas. Debe respetar su dignidad y sus derechos, debe tomar en cuenta sus características y necesidades personales y, por sobre todo, debe caracterizarse por la relación afectiva entre maestro y alumno.
    2. Como consecuencia de lo anterior, la educación debe ser integral, atender lo que la persona necesita para crecer y desarrollarse plenamente. La educación de la persona no excluye nada de lo que pertenece a la vida.
    3. La mayor atención educacional deben recibir los más débiles y los más pobres, cualquiera que sea esta debilidad o esta pobreza. Algunos lo son por sus dificultades en el aprendizaje, otros en la adaptación social y otros por su historia familiar.
  10. Nuestros colegios quieren formar a hombres y mujeres, cultos, cristianos y agentes de cambio social.

  11. 2.3.1. La cultura y la fe deben lograr una verdadera integración. La fe, separada de la cultura, no tiene vida, la cultura sin fe pierde la trascendencia.

    La inculturación del Evangelio y la evangelización de la cultura deben ser preocupación de primer orden para que nuestros esfuerzos no sean en vano.

    2.3.2. Estos hombres y mujeres, cultos y cristianos, deben ser agentes de cambio en la sociedad.

    El colegio debe forman líderes, que actúen con una visión evangélica del hombre, de la historia y del mundo, y que sean capaces de producir cambios positivos en la convivencia de los hombres.

    2.3.3. La educación debe darse con buenos fundamentos del Evangelio y de la Doctrina social de la Iglesia, pero también con un conocimiento amplio de nuestro mundo, de sus temores y esperanzas, de sus miserias y logros. La educación debe ser actual y proyectarse hacia el futuro.

  12. Nuestros colegios quieren ser misioneros. Por lo tanto, están abiertos a personas que no comparten nuestra fe, siempre que se encuentren en ellos respeto por nuestros ideales educativos, abertura para revisar y profundizar su propio proyecto de vida y cooperación en todo lo que se requiere para la educación de los hijos. Nuestros colegios sólo pueden ser misioneros, si tienen una identidad fuerte y clara.
  13. 2.5. Por todo lo anterior, se puede entender que también la educación en la fe debe tener características especiales.

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    1. En el seguimiento de Jesús deben destacarse aquellos momentos de su vida y los aspectos personales que permitan comprender su corazón, sus sentimientos y su vida interior.

    2. El compromiso con Jesús surge de una relación de amigos, donde los afectos y la fidelidad desempeñan un rol preponderante.

      La Eucaristía es el momento de encuentro entre amigos, entre el maestro y el discípulo.

    3. Descubrir a Dios mediante Jesús significa entender que la voluntad de Dios, en ningún momento, es una opresión de la propia libertad, sino expresión de un amor santo. Hacer la voluntad de Dios es responder a ese amor y el abandono a sus decisiones es confiar en su amor sabio.

    4. La evangelización debe mostrar a un Dios cercano a los hombres, como un Padre, lleno de comprensión, misericordia y perdón.

    5. La educación en la fe debe ser actual, relacionada con la vida, la cultura y la sociedad. No habrá líderes cristianos sin esta formación. No habrá agentes de cambio sin entender la realidad.
  15. En esta preparación a vivir en el mundo debe crearse la convicción que "el amor es más fuerte". La seguridad que la justicia y la solidaridad pueden producir todos los cambios necesarios para que el hombre sea respetado y estimado en su verdadero valor, los cuidará de toda tentación extremista.

  16. Nuestra Congregación, nuestros colegios, nuestros alumnos, ante todo, deben ser profetas del amor.

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  18. Santiago de Chile, Marzo 1989.
    Leonardo van Marrewijk Arkesteyn